Esquema histórico del distrito varsoviano de Wola desde el 1 de septiembre de 1939.

          El nombre del distrito de Wola viene de una aldea, la más grande con señorío jurisdiccional cerca de Varsovia, llamada Magna Wola Varsoviensis, que era sede de una parroquia mencionada en las fuentes desde la segunda mitad del s. XIII. Por Wola pasaban desde Varsovia dos caminos al oeste: uno por las calles Długa, Leszno y Górczewska, y el otro por Senatorska, Elektoralna y Chłodna, hecho que ejerció una influencia decisiva sobre el desarrollo de Wola.

          Desde el s. XIV Wielka Wola pasó a formar parte de la alcaldía de Varsovia. Las edificaciones se concentraron a lo largo del camino de Wola, entre las actuales calles Elekcyjna y Sowińskiego. En el centro se erigía la iglesia de San Estanislao obispo y San Lorenzo, cuya historia fue ligada estrechamente al destino de Wola.


la iglesia de San Lorenzo

          Wola empezó a formar parte de la historia desde 1575, cuando comenzaron a celebrarse allí las libres elecciones de los reyes de Polonia. Aquí tuvieron lugar 11 elecciones (del total de 13), en las que se eligieron 10 reyes y 1 reina. Fueron acontecimientos de suma importancia a escala europea: el primero en Europa sistema democrático de elección de autoridades supremas de un estado.


Elección real en Wola en el s. XVIII (lienzo de Bernardo Belotto vel Canaletto)

          Wola siguió desarrollándose a partir de los principios del s. XVII, con el traslado de la capital de Polonia desde Cracovia a Varsovia. Al rededor de Wola empezaron a formarse aldeas y jurisdicciones (ciudades privadas) pertenecientes a la alta y baja nobleza seglar y eclesiástica. Con el tiempo, también la burguesía adquirió la propiedad de las granjas de la región. Los caminos que eran fronteras entre aldeas, después se convirtieron en rutas de comunicación y calles.

          Desgraciadamente ya en aquel entonces, debido a su ubicación, Wola fue expuesta a efectos devastadores de guerras e invasiones militares. A mediados del s. XVII surfió considerables daños por la invasión sueca, el llamado “diluvio”, durante el cual fue destruida la mayor parte de las edificaciones de la aldea junto con la iglesia de madera.

          En 1770, en virtud de una orden del mariscal Lubomirski, Varsovia fue circunvalada por diques, las llamadas “trincheras de Lubomirski”, para proteger la ciudad capital contra epidemias. En los diques, en las desembocaduras de las principales rutas de comunicación, se construyeron barreras de portazgo municipales. En el lado de Wola, el dique corrió por la línea de las actuales calles de Okopowa y Towarowa, y el portazgo estuvo situado en el cruce de las calles Towarowa y Chłodna. Desgraciadamente, no todos los edificios se han conservado hasta hoy día.


Portazgo de Wola

          A finales del s. XVIII, a lo largo de los diques de Wola se fundaron cementerios: el de Powązki, el evangélico de la confesión de Augsburgo, el evangélico-reformista y el judío.
          Detrás de los diques, además de viviendas, se fueron construyendo talleres y manufacturas, proceso que se vio facilitado por precios de terreno más bajos que en Varsovia. Se construyeron también mansiones y palacios con jardines, y Wola se convirtió en el lugar favorito de diversiones, juegos, picniques y excursiones al campo de los varsavianos.

          En 1794, en la parte de la entrada del oeste en Wola, se formaron reductos que desempeñaron un papel importante durante la insurrección de Kościuszko. En 1831 se cavaron nuevos reductos y trincheras. De particular importancia para la defensa de la ciudad durante el levantamiento de noviembre de 1831, fue el Reducto 56 que se erigía donde el actual cementerio e iglesia ortodoxos.


plano del Reducto 56



El Reducto 56 antes del ataque ruso de 1831

          Este Reducto fue defendido por el general Sowiński que pereció en el campo de batalla, contra el ataque del ejército ruso bajo el mando del general Paskiewicz.


La muerte del general Józef Sowiński en el Reducto 56 (cuadro de Wojciech Kossak)

          Desde finales del s. XVIII se observa un sistemático desarrollo económico de Wola que empezó a llamarse oficialmente el Suburbio de Wola. Se fundaron numerosas instalaciones de la industria agrícola y de comestibles, tales como destilerías, cervecerías, molinos y ladrillerías.


Los molinos de Wola (cuadro de Canaletto)

          De este modo, fue formándose el suburbio industrial de Varsovia. A mediados del s. XIX, con la construcción del ferrocarril Varsovia-Viena, también se desarrolló en Wola la industria del metal, curtido y textil. Con la nivelación de las trincheras de Lubomirski, la frontera entre la ciudad y el suburbio empezó a borrarse.


Las curtidurías de Tamler

          La población de Wola experimentó un considerable incremento y los factores económicos influyeron en el carácter singular de Wola. Fue un distrito industrial con la edificación de un piso, principalmente de madera, con pocas casas de alquiler de ladrillo, pero sin alcantarillado ni instalaciones sanitarias.


Una calle de Wola

          A lo largo de la calle Górczewska y al oeste del ferrocarril periférico (que se alejaba al norte desde la principal línea del ferrocarril que corría paralela a la calle Bema, y que pasado el cementerio de Powązki giraba en dirección de la Ciudadela), se hallaban campos y jardines en los que se cultivaban verduras y frutas.


Las instalaciones del establecimiento jardinero de Ulrich

          Todo lo anterior hizo de Wola la base de aprovisionamiento para Varsovia. El punto central de venta de los productos agrarios y de los talleres de artesanía fue el mercado de Kercelak, situado cerca del portazgo en la esquina de las calles Górczewska y Okopowa.


Mercado de Kercelak

          El número de habitantes de Wola fue creciendo rápidamente. A finales del s. XIX vivieron aquí cerca de 28.000 de habitantes y, en 1910, ya 61.500. Wola fue un conglomerado de nacionalidades y confesiones. Como buenos vecinos vivieron aquí polacos, alemanes, rusos, judíos, los descendientes de georgianos, tártaros y holandeses.

          El estallido de la I Guerra Mundial de nuevo constituyó una amenaza para el desarrollo de Wola. Los rusos que huían de Varsovia se llevaban al interior de Rusia el equipamiento de las plantas industriales y los trabajadores allí empleados.
          En 1916 Wola pasó a formar parte del municipio de Varsovia. En el período de entre guerras se desarrolló en Wola la industria pesada. Funcionaron aquí 169 plantas industriales, entre los que se encontraban: Plantas Mecánicas de Lilpop, Rau y Loewenstein,


Plantas Mecánicas de Lilpop, Rau y Loewenstein

Las plantas mecánicas de Gerlach, Fábrica de Carabinas de la Central Estatal de Armamento, La Sociedad Anónima Varsoviana de la Construcción de Locomotoras, La Fábrica de Bombillas y Radios Philips, la Fábrica de Revestimientos de Papel Franaszka,


la Fábrica de Revestimientos de Papel Franaszka

Fábrica de Discos de Gramófono en la calle Płocka no. 13, Fábrica de Productos Elaborados Químicos “Dobrolin”, Fábrica de Chapeados de Hennenberg,


Fábrica de Chapeados de Hennenberg

Fábrica de Accesorios y Motores Ursus, Fábrica de Norblin, fábrica de gas y central eléctrica de los tranvías urbanos.


La fábrica de gas en Wola

          Las instalaciones industriales daban empleo a unos 20.000 obreros.

          De renombre era también la artesanía en Wola. Los Talleres de Carrocería de los H-nos Ordowski en c/ Wolska 111 o los Talleres de Automóviles de los H-nos Borkowski en la c/ Wolska (“General Motors”, “Chevrolet”). En 1939 los Talleres de los H-nos Ordowski suministraron para el ejército polaco los camiones y autocarrocerías para el transporte de municiones.

          El carácter particular del distrito fue causa de malas condiciones sociales y el excesivo número de inquilinos en las viviendas. Una de las pocas inversiones sociales fueron unas colonias de casas de viviendas baratas para los obreros, construidas por la Fundación Wawelberg en la calle Górczewska y Ludwiki.


La urbanización de la Fundación de Casas Baratas H. y L. Wawelberg

          La coyuntura de los años 30 trajo nuevas inversiones en la construcción de viviendas, en particular, en el barrio de Koło.


La urbanización de pequeñas casas en Koło

          Se construyeron también cinco hospitales y muchas escuelas, algunas realmente modernas.


El Hospital Wolski

          La escuela en la calle Bema es hoy una de las más bonitas de Varsovia.


La escuela en la calle Bema

          La estructura administrativa del distrito hasta 1945 fue distinta de la actual. Wola comprendió en aquel entonces el recinto delimitado por las calles Okopowa y Towarowa en el este, la línea de ferrocarril diametral en las proximidades de Aleje Jerozolimskie en el límite sur, y por las calles Budziszyńska, Bodzanty, la frontera del cementerio Wolski y la calle Księcia Janusza, en el oeste. El límite norte fue la línea diametral cerca de la calle Tatarska y Powązkowska, cerca de las murallas del cementerio Powązki.


El mapa de Wola antes de la II Guerra Mundial

          En 1938 Wola contó con 84.424 habitantes. A finales de 1945 la cifra bajó a 19.964, que es menos que el 24% de la población anterior al estallido de la guerra.

          El 1 de septiembre de 1939 terminó una epoca de la historia de la República de Polonia, de Varsovia y su distrito de Wola.



autores:
Maciej Janaszek-Seydlitz
Jerzy Janowski
Janina Mańkowska

traducción: Łukasz Szulim



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